LOS VILLANCICOS
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No todo va
a ser amor, felicidad, alegría y maravilla: Criticando un poquito: le vamos a
dar un poco de caña ahora a LOS VILLANCICOS
¿Os habeis fijado en que la mayoría de
los villancicos que cantamos no tienen ningún sentido?
1. Por ejemplo: 25 de diciembre, fun,
fun, fun.
¿Cómo se puede
explicar esto? Pues lo canta gente con formación: abogados, doctores,
profesores, catedráticos, ejecutivos… Incluso el Rey: Después de darnos el
discurso ése de Nochebuena en el que sale tan serio: - A la Reina y a mí nos llena de orgullo y satisfacción- como le
gusta decir, pues luego se va a la Zarzuela y se pone a cantar:
- A ver Sofía, coge la zambomba, Felipe,
dale a las palmas y tú, Leticia, déjate de probar vestiditos y vente a rascar
la botella de anís. Venga todos: ¡25 de diciembre, fun, fun, fun!
2. Os pongo otro ejemplo más: Hacia
Belén va una burra, rin rin.
¿Ring-Ring? Esto tiene que ser un teléfono móvil: Es que
las burras estaban muy adelantadas, llevaban el GPS y el MÓVIL integrados. Y
atención ahora: Yo me remendaba, yo me
remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité ¿Yo me eché un
remiendo, yo me lo quité? ¿Cómo es que primero remiendas y luego… te lo vuelves
a sacar? ¡¡Venga a descoser todo!!
Y no termina ahí la cosa, que después dice que la burra iba cargada de chocolate.
Yo no digo nada, pero burras con móviles, chocolate Esto es un caso para el
juez Garzón. Ríete tú de la Operación Nécora. ¡El día que se meta con la
Operación Burra…!! Y eso que era un burro y no un camello.
3. Dandole otra vuelta al tema de los villancicos: podría parecer que el niño
Jesús es la estrella de los villancicos, pero ¡no!... Es el burro o la burra.
Digo el burro o la burra, porque con el sexo no se pone nadie de acuerdo: Hacia Belén va una burra… en unos
casos, Arre
borriquito, vamos a Belén… en otros
Volviendo sobre el tema de estos graciosos animales de 4 patas: lo que hay es
un gran misterio. Porque, vamos a ver: se supone que la Virgen y San José, iban
en burro, ¿no? Pues cuando llegan a Belén, en el portal, hay una mula y un buey
¿Dónde está el burro? ¡Ha desaparecido! Aquí hay algo que no encaja Me falta un
burro o me sobra una mula.
4. Otra cosa muy llamativa, los villancicos tratan muy bien a la Virgen: se peina entre cortina y cortina,
los cabellos son de oro y el peine de plata fina. Sin
embargo, San José es un desgraciado. Cuando no entran los ratones a
roerle los calzones, se los quitan los ladrones. Que vaya obsesión tenían con
los calzoncillos de este hombre! Vamos, entre unos y otros iba siempre sin ropa
interior, el pobre.
¿Y los Reyes Magos?
¡Unos irresponsables! Atención al villancico: Ya vienen los Reyes por aquel camino, ya le traen al Niño sopitas
con vino. Muuuuy bieeeen, a un niño de pecho ¡sopitas con vino! ¡Claro,
y luego un cigarrito!.
5. Pero no se acaba aún la cosa… Tenemos este otro caso: Recogido tu rebaño, ¿a dónde vas pastorcito? Voy a llevar al portal
requesón, manteca y vino ... qué empeño en emborrachar a la criatura!
No me extraña que luego el Niño, en cuanto pudo, transformara el agua en vino.
¡Claro, le cogió afición!
Pero es que el Niño tenía a quién parecerse, ¿eh?. Porque el padre a la mínima
decía eso de: Esta noche es Nochebuena
y mañana Navidad, saca la bota María que me voy a emborrachar. ¡Pues
nada, que allí bebía todo el mundo!
Creo que no hace falta hablar de los peces. Todo el mundo sabe lo que pasaba en
ese río que beben y beben y vuelven a
beber.
6. Y luego hay algunos que son el cachondeo padre, como ése que dice: En el portal de Belén hay estrellas, Sol
y Luna… Venga ya, hombre, eso no se lo cree ni el pastorcito cagón. ¡¡Estrellas,
Sol y Luna a la vez!!
Pero luego sigue: Hay estrellas, Sol y Luna, La Virgen y
san José y el Niño que está en la cuna. ¡No dirás que no tenemos
información sobre este tema!
(Con un cierto cachondeo) Ahí sí que hay información ultrasecreta,
como en las pelis de espías. ¡En cada villancico! El Niño está en la cuna, el Niño está en la cuna, el Niño está en la cuna
7. Aunque con esto de la cuna todavía me queda algo más que decir. Por ejemplo:
Campana sobre campana, y sobre campana
una. Asómate a la ventana y verás al Niño en la cuna.
Vale, veréis que sigue insistiendo que está en la cuna. Claro,
el Niño Jesús es un bebé.
Pero todavía hay más. En la segunda campana: Asómate a la ventana, verás al niño de
Dios. Muy bien, no tengo nada que decir sobre esta frase, muy correcta.
Pero es que luego dice: Campana sobre
campana y sobre campana tres. Asómate a la ventana, verás al Niño nacer.
Un momento: si el
niño estaba en la cuna en la primera campana, ¿cómo va a estar naciendo en la
campana tres? ¿Qué pasa, que vamos hacia
atrás? ¡Pues no quiero pensar lo que se verá en la campana ocho!
8. Está claro que cuando cantamos
villancicos no pensamos en lo que decimos, porque si lo pensáramos Por
ejemplo, ese que dice: La Nochebuena
se viene, tururú, La Nochebuena se va, y nosotros nos iremos, tururú, y no
volveremos más.
¡Y no volveremos más! Pues qué buen rollo para ser
Nochebuena. Y esto lo cantamos con mucha alegría. Nos vamos a morir, pero
contentos
Y, por último, están los villancicos
cultos. ¡En latín!
Muy curiososo del Adeste
Fideles, que la gente se lo inventa directamente y dice lo primero que
se le pasa por la cabeza. El principio se lo sabe todo el mundo: Adeeeeesteee Fideeeeleeees
(cantando) pero luego la gente desbarra: Venite, venite y algunos dicen: El
Cordobés
En fin, que menos mal que esto de los villancicos es sólo una vez al año. Que
os sea leve.